En este cruel
y absurdo silencio tuyo es cuando más te necesito y quiero estar a tu lado como nunca lo estuve.
Ven, toma de
nuevo mis suaves curvas aunque esa
desgana infinita luche por vencerte para siempre. Estoy aquí, sólo para ti,
eres la razón de mi existencia.
Me apoyaré en
tu suave hombro dorado y tu aroma de
mujer me invadirá embriagándome una vez
más.
Estaremos
solos, sin público, sin escenarios, sin partituras, no los necesitamos para
nada; ni tan siquiera invitaremos a
Beethoven, a Liszt, a Vivaldi y los demás.
Sonaré a melodías
que nadie escuchará jamás que te harán vibrar y estremecerán tu corazón. En tu
alma seré viento, lluvia, sol, prosa,
poesía, dulce ambrosía, compondré
las cuatro estaciones del año, tu día a
día, seré eco de notas que sólo existirán para ti.
Te arrullaré
cuando acaricies mis cuerdas y juntos bailaremos ese vals que será para los dos y nos transportará donde la magia compone su
armonía más perfecta, donde brillan los
sentimientos más que las estrellas.
Tómame de
nuevo y siente mis mejores notas
musicales, llévame a donde habita tu espíritu
más sublime y dilúyeme en tu esencia más secreta.
Libera la
música que siempre guardé para ti y te entrego ahora en toda su plenitud.
Siénteme en tu alma, habitaré siempre en ella y sembraré mil y una polifonías
que sólo tu y yo seremos capaces de oír.
Y cuando por
las noches Morfeo te lleve a sus dominios más profundos, seguirás
deseando mi pentagrama más glorioso y
querrás despertar de nuevo para tenerme entre tus brazos....
Tu violín.
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Preciosa canción de amor,afortunada la persona que pueda tocar ese violín.
ResponderEliminarSueños que se hacen realidad; momentos magucos que son como sueños.
ResponderEliminarBonita prosa, muy poética.
El amor, el deseo y la nostalgia se apoderan de quien lee El Violin.
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