Hoy a Lisboa,
mañana Roma, pasado a...Toda mi vida en
una maleta, la llevo a cuestas desde pequeña. La fui llenando de edades, de
experiencias, de personas, un poco de esto, otro de lo demás, de todo un poco.
Ahí guardo el retrato de mi primer amor, sus
primeros versos. El sabor del primer beso, del primer desengaño, también del
último fracaso.
Mi cajita de
aciertos y felicidades. Mi traje de primera comunión y el vestido de novia que nuca me pondré.
Los tacones
de vértigo de mis noches de luna turbia
y amaneceres perdidos.
Mis sueños
nunca alcanzados y tristezas sin final.
Hoy a Lisboa,
mañana a Roma, con esa mi maleta que
perdí una vez y estuve a la intemperie
ante el destino, zarandeada por vientos y voluntades malignas hasta que
la encontré.
Miradla: tiene abolladuras, señales de los arañazos
que sufrió, perdió su prestancia y color. Pero...¿sabéis...? es sólida, sus
cuadernas siguen aún en perfecto estado, su asa la puedo agarrar con toda
seguridad todavía, no resbalará ya nunca más de mis manos. No tiene ruedas ni
las necesito.
Cargaré con
su contenido vaya donde vaya. Despacio, mirando cada detalle del camino.
Mañana a
Lisboa, mañana a Roma...¿qué importará? Quizá todavía quede espacio en su
interior para llenarla de una vida nueva,
de otros versos, de otro amor, almacenar
algunos besos, sentir abrazos que
encontraré...
Mañana a Lisboa,
mañana a Roma, la maleta vendrá conmigo, ¿qué importará donde vaya si todo
cuanto poseo, mi vida entera, va con
ella....?
Un relato conmovedor y lleno de sentimiento.
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